Fuerzas de la Naturaleza.

Intenta el Sol rasgar las nubes,

como nosotros el tiempo,

mudando su frágil y escaso velo

y convirtiendo en eterno

cada segundo de cada encuentro.

Busca el caos desordenar,

el orden, y sus silencios,

como tu y yo los pulcros lechos.

Y ya quisieran las aves conseguir

tan altos vuelos como los nuestros. 

Como volamos tu y yo

cuando rozamos el cielo,

al enlazar nuestros cuerpos,

...o el mar desafiar a barcos,
vapores, buques, y veleros,
como chocan nuestros huesos
cuando se produce el hecho...

...Cuando hacemos el amor
se estrellan universos.  


Ogando, 2013. 

Maldito desamor

Nunca fue un amor, sino una maldición,

no controlar el fuego en que ardo,

y muero.

Fuego del infierno que no apaga

el agua de su cuerpo, porque

jamás creyó en cuánto la quiero.

Agua, sal y espuma de la boca

que me abruma y que no beso.

Miel, de hierbabuena, y de romero

de unos labios que no pruebo.

Alcohol en esos ojos que no veo,

y que me embriagan en sueños.

Y vino de cerezas en su cuello

y en sus senos.

Y, mientras, yo muriendo

de hambre y sed en un desierto.

Nunca fue un amor, sino una maldición,

adorar ese imposible sueño.

Por poder contarte cuentos...

Presta atención, hija mía,

voy a contarte un cuento:

Tu eres mi Caperucita, y

yo soy un lobo hambriento

al que le rugen las tripas

por tus cariños y besos.

Tengo la boca tan grande 

para contarte más cuentos...

Tengo tan grandes orejas

para oír siempre tus risas

por encima de los vientos...

Llevo entornados los ojos

pues los deslumbra la luz

que, de tu alma, presiento...

Por llevarte en un bolsillo,

que fueras mi Pulgarcita

sería pluscuamperfecto,

pues del modo más sencillo

te vería en cada momento,

te contaría más cuentos

y compartiría tus sueños.

Con zapatos de cristal,

con zapatillas de cuero,

con o sin capuchón,

con cestita o sin cestita,

eres, en mi corazón,

la hermosa criaturita 

que me hizo rey al nacer,

siendo ella una princesita.

Déjame hacerte saber

que, de tan triste como es,

el mundo te necesita.

... Para Esther.

(Ogando, en mayo del 2007)

Fenomeno natural.

Es tan cálida que abrasa,
y tan fresca como el mar.
Es un tsunami que arrasa
la costa de la tristeza,
y termina con premura
con la feroz amargura.

Es hechizo que embelesa,
lluvia de cristal traviesa,
es campana que no pesa,
y, en vez de tañir, te besa,
te devora, y traspasa...
¡Mejor dejarse llevar!

Tu risa es brisa que pasa
echando mi alma a volar.
Tu, mi amor, eres mi casa,
pero tu risa es mi hogar.

Prometo regalarte un soneto...

Parar sin mas el tiempo no podría,
ni bajar de su pedestal la Luna,
ni robar para ti estrella ninguna.
ni hacer de lo que fue lo que sería

Ni podría expresar, sin grosería,
tal ansiedad de beberme, una a una,
las aguas de un oasis, entre dunas,
en tu cuerpo, que es pura poesía.

Sin ese oasis yo no lograría
liberarme de mi sed y mi ayuna.
¡Tantas cosas que hacer, que no podría!...

Manejar, según mi antojo, la suerte...
llenar el Universo de alegría...
mas difícil aún... ya no quererte.


Ogando, enero 2013.

¡Ay, mi amor!

¡Ay amor, mi amor!
¿Dónde estarás durmiendo,
que llegan a mi tus sueños
empapados en mar verde
y oliendo a viejos puertos?

¡Ay amor, mi amor!
¿Llegarán a ti mis sueños,
empapados en alcohol e
inundados de recuerdos?

¡Ay amor, ay mi amor!
¿Dónde estarás durmiendo?
Que no me llegan tus cartas,
que no me llegan tus besos.

Si supiera dónde estas
alzaría un dedo al viento,
pondría rumbo al lugar
y llegaría sediento
de tu regazo y tus besos
mas ¿quién puede saber amor
dónde estarás durmiendo?

¡Ay amor, ay mi amor!
¿Con quién estarás durmiendo,
al otro lado del mundo,
mientras yo muero de celos?

Ogando, enero, 2013