Es tan cálida que abrasa,
y tan fresca como el mar.
Es un tsunami que arrasa
la costa de la tristeza,
y termina con premura
con la feroz amargura.
Es hechizo que embelesa,
lluvia de cristal traviesa,
es campana que no pesa,
y, en vez de tañir, te besa,
te devora, y traspasa...
¡Mejor dejarse llevar!
Tu risa es brisa que pasa
echando mi alma a volar.
Tu, mi amor, eres mi casa,
pero tu risa es mi hogar.
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