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viernes, 14 de noviembre de 2014

¡Colores!


El color del trigo, de la miel, y de las bayas,
el color del mar, de las dunas, de las playas,
el color de ciertas lunas plateadas,
el de la luz del sol en las mañanas.

El color del comienzo de un domingo,
el de las tardes irreales, apagadas,
y todos, los mil, colores del agua,
cuando cae, y se refleja, en las cascadas.

Colores que despiertan, de día, conmigo,
y, de noche, me acompañan a la almohada.

¡¿Que colores no veré
en el precioso arco iris
de tu infinita mirada?!


Ogando, noviembre, 2014.

miércoles, 20 de agosto de 2014

¡Calor!





En las noches de verano,
cuando arde mi corazón
en un hervir casi insano,
se me nubla la razón.

Me hace ver espejismos
que reflejan mal estado
de mi vista, de mi oído,
de mi gusto, de mi tacto,
para no hablar del olfato...

Haces tuyos mis sentidos,
y casi no se quien soy yo.

Senda firme se me antoja
el rielar del satélite en el mar
cual trampantojo marino
que agua oscura desaloja,
dibujando un gran camino,
que no quiero andar a solas.

Sueño escalones de olas
con sus ribetes de espuma
que escalan hasta la Luna,
y no quiero ascender a solas.

Todos los años me baño
en el mismo mar de amor
y ya no uso el calendario,
rebautizo días y meses con
nombres de enamorado,
con tus ojos, con tus labios,
con tu rostro, con tus manos,
con llantos, y con deseos,
con sueños desesperados...

Que pase el resto del año
que llegué pronto el verano,
yo me quedaré dormido,
para seguirte soñando.

martes, 15 de julio de 2014

Otro mundo





(Con permiso: John Coltrane, maestro, "My one and only love")

Debería haber un mundo al que poder retirarnos.
En el que nada importara lo que hicimos, o fuimos,
un mundo sin guerras, sin miserias ni desastres, sin pasado,
donde a nadie hiciera daño darnos por desaparecidos.

Un mundo remoto, desconocido, de verdad perdido,
en el que languidecer al sol rediseñando espejismos.
Un mundo que no juzgase si podemos ser, o no,
amigos, o más que amigos.
En el que nadie juzgase que a mí solo me importase
el hecho de estar contigo... ni yo mismo.

Todo a la deriva, en paz, un mundo remoto y limpio.
Sin prejuicios que lamentar, sin amigos, ni enemigos,
simplemente levitar en una playa y hundir tu cuerpo en el mío,
sin que importase ya nada, ni qué ni quién hemos sido,
sin ningún remordimiento, lo que hicimos hecho está,
y ya bajó a los infiernos, o hacia el cielo habrá subido.

Un eterno deslizarme en tus hombros desvestidos,
a besos navegar la seda de tus párpados dormidos,
y en ese mundo, sin más, contemplarte seducido.
Que el gran libro de mi vida se titulara…
“Contigo”.

Ogando, julio 2014.

martes, 24 de junio de 2014

... A voluntad.



Quien protege el corazón con alambradas,
descubre, antes o después, que, en realidad,
lo que hizo fue encerrarlo en una jaula.
Deberá abrirse paso entonces, a dentelladas,
si es que quiere volver a darle libertad.
Se herirá, con púas de metal emponzoñadas,
la boca, el tierno paladar… y las entrañas.
Y, tal vez, ya ni consiga liberar su alma.

Deja a tu corazón volar, aunque se vaya.


Ogando, junio, 2014.

lunes, 13 de enero de 2014

Amores imposibles.

No hay impotencia tan dulce,
no hay veneno tan querido,
no hay besos tan requeridos,
como los del amor prohibido.
... Sufrimiento tan deseado
o corazón tan irrompible
como el que lo ha conocido.

No hay dolor tan amado
como un amor imposible.

No hay visión más celebrada,
roce más agradecido,
caricia más codiciada,
ni amargor más perseguido.

No hay cantos gloriosos,
ni se oyen himnos divinos,
tan solo suena el amor
cuando no es correspondido.

Algún sueño humedecido...
un orgullo malherido...
mil querencias dislocadas...
¡Como esos amores nada!

Te obsesionan, te pervierten,
te aniquilan, travestizan,
te hacen sadomasoquista,
te engrandecen, te envilecen,
te hacen héroe, ilusionista,
te rodean, te resumen,
te acobardan, te comprenden...

No hay rendición tan completa,
ni hay nada que quieras tanto
como lo que no te ha querido.
Todo sientes, nada entiendes
y eres un incomprendido,
nada tienes, nada eres...

¡Amor no correspondido!
Con él, y sin él, te mueres.


Ogando, 2014.