(Con permiso: John Coltrane, maestro, "My one and only love")
Debería haber un mundo al que poder retirarnos.
En el que nada importara lo que hicimos, o fuimos,
un mundo sin guerras, sin miserias ni desastres, sin pasado,
donde a nadie hiciera daño darnos por desaparecidos.
Un mundo remoto, desconocido, de verdad perdido,
en el que languidecer al sol rediseñando espejismos.
Un mundo que no juzgase si podemos ser, o no,
amigos, o más que amigos.
En el que nadie juzgase que a mí solo me importase
el hecho de estar contigo... ni yo mismo.
Todo a la deriva, en paz, un mundo remoto y limpio.
Sin prejuicios que lamentar, sin amigos, ni enemigos,
simplemente levitar en una playa y hundir tu cuerpo en el mío,
sin que importase ya nada, ni qué ni quién hemos sido,
sin ningún remordimiento, lo que hicimos hecho está,
y ya bajó a los infiernos, o hacia el cielo habrá subido.
Un eterno deslizarme en tus hombros desvestidos,
a besos navegar la seda de tus párpados dormidos,
y en ese mundo, sin más, contemplarte seducido.
Que el gran libro de mi vida se titulara…
“Contigo”.
Ogando, julio 2014.
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